Sí señor, como habéis leído. “MODELO”. Ahora resulta que voy a acabar haciendo lo que sería un imposible en Europa ya que yo tengo de modelo lo que de rubia.
Esta vez me han pagado más, así que me ha venido genial para ir ahorrando para mi viajito por el sur de Asia en vacaciones de Año Nuevo chino.
A pesar de que no tenía ni idea de desfilar con una botella de alcohol en la mano tengo que reconocer que me lo he pasado en grande, ¡y además trabajé con Raquel y Gabi!
Encontramos el currillo por medio de la misma mujer que nos consiguió el del la serie china aunque en realidad con la mujer que trabajábamos era otra distinta.
Para ese mismo fin de semana Gabi había encontrado otro curro así que como buscaban a otra más en el que me ofrecieron a mí, llamé a Raquel y fuimos a citarnos con esta mujer. Le parecimos bien las dos, nos explicó un poco lo que íbamos a hacer y nos dijo que teníamos que comprarnos tacones negros para la ocasión.
Lo que no nos podíamos imaginar es que Gabriela también iba a trabajar con nosotras, ¡pensábamos que era otro lugar y otro curro distinto! Lo único que cambió fue el intermediario pero finalmente estuvimos las tres juntas, nos encontramos a Gabriela en el autobús.
Tardamos unas 6 horas en llegar a nuestro destino, que no se encontraba en provincia de Yunnan, sino en la de Guizhou.
Nada más llegar nos alojaron en un hotel de cuatro estrellas, y nos dieron de cenar así que imaginaos la calidad del asunto, no he pisado en China un hotel de tal calibre ni comido comida tan rica.
Nos llevaron al hotel donde se iba a celebrar el evento y estuvimos ensayando la parafernalia en el salón donde íbamos a celebrar el show, un lugar bastante parecido a donde se celebran las bodas en España.
Nos dijeron lo que teníamos que hacer y nos dieron el vestuario junto con toda la gente que estábamos allí, que entre cantantes, bailarinas, presentadores, etc. éramos un montón. A eso de las 12 de la noche volvimos al hotel a dormir y mi cama era mil veces que mejor que la de Kunming.
A la mañana siguiente a las 9 ya estábamos en pie y volvimos a ensayarlo todo en el escenario que ya casi estaba todo montado y el show comenzó a las 6 de la tarde.
Os cuento en qué consistía mi función. Debía de desfilar (como podía) con un traje ridículo y una botella de alcohol en la mano (evidentemente era lo que se promocionaba). Tras desfilar en parejas teníamos que acercarnos cada una a una mesa distinta en la que la gente estaba comiendo y colocar una botella por mesa.
Posteriormente nos cambiábamos de ropa (mi vestido era el más horroroso de todos) y volvíamos a desfilar y las extranjeras terminamos bailando al son de unos timbales africanos, ya que un grupo estaba contratado para tocar música africana.
Volvimos a ponernos el primer vestido chino y terminábamos el evento levantando la típica frase promocional en unos cartelitos que nos dieron a cada una. La pena es que tengo un video y no puedo colgarlo, si me vierais creo que la carcajada saldría en menos que canta un gallo. Creo que cuando estábamos allí no parecía tan surrealista, pero una vez que enseñábamos el video a nuestras amigas y veíamos la reacción, pudimos comprender la magnitud del asunto.
Me pagaron 1000 yuanes, me trataron de lujo, me lo pasé genial y viví una experiencia única. Ojalá viva una situación similar en China, no me importaría para nada volver a hacer un trabajillo igual.
Regresamos a Kunming el mismo día de madrugada, viajamos de noche cagados de frío porque al conductor se le ocurrió poner el aire acondicionado en el autobús y nadie se quejó porque cuando me di cuenta ya faltaban 10 minutos para llegar. En fin, este tipo de cosas sólo pasan en China…